martes, 3 de noviembre de 2015

Soy cicloturista (no sólo)



Soy padre, marido, hijo, hermano y amigo. Compañero, conocido, extraño, cliente, proveedor, trabajador, solidario, conductor y más. Soy una persona, lo que significa, una vida. Y una vida es para vivirla. Soy cicloturista. De esas extrañas personas a las que les gusta montar en bicicleta. Salir en bici: a pasear, a entrenar, a rodar, a distraerme, a desconectar de la rutina, pero sin duda, no para siempre.

Tenemos los mismos derechos que cualquier conductor y a la vez, las mismas responsabilidades. Seamos sensatos, no se puede asesinar como si nada, pues arrollar con un vehículo a un ciclista, un día sí y otro también, no es tan solo matar. Ya sea por culpa de un conductor borracho o drogado o distraído o rabioso, el resultado, es el mismo. Es de sentido común que en la carretera los ciclistas somos la parte débil.


Hemos conseguido en la sociedad en la que vivimos, que la violencia de genero nos de asco a la mayoría.  Reclamo des de aquí, una voz igual de unánime contra todas las muertes en el arcén de: padres y madres, maridos y esposas, hijos e hijas, amigos y amigas. Porqué su final, no estaba en manos de la suerte, ni del destino, sino en las de un conductor o un asesino. ¿Quién quiere ser para siempre un asesino?