martes, 3 de noviembre de 2015

Soy cicloturista (no sólo)



Soy padre, marido, hijo, hermano y amigo. Compañero, conocido, extraño, cliente, proveedor, trabajador, solidario, conductor y más. Soy una persona, lo que significa, una vida. Y una vida es para vivirla. Soy cicloturista. De esas extrañas personas a las que les gusta montar en bicicleta. Salir en bici: a pasear, a entrenar, a rodar, a distraerme, a desconectar de la rutina, pero sin duda, no para siempre.

Tenemos los mismos derechos que cualquier conductor y a la vez, las mismas responsabilidades. Seamos sensatos, no se puede asesinar como si nada, pues arrollar con un vehículo a un ciclista, un día sí y otro también, no es tan solo matar. Ya sea por culpa de un conductor borracho o drogado o distraído o rabioso, el resultado, es el mismo. Es de sentido común que en la carretera los ciclistas somos la parte débil.


Hemos conseguido en la sociedad en la que vivimos, que la violencia de genero nos de asco a la mayoría.  Reclamo des de aquí, una voz igual de unánime contra todas las muertes en el arcén de: padres y madres, maridos y esposas, hijos e hijas, amigos y amigas. Porqué su final, no estaba en manos de la suerte, ni del destino, sino en las de un conductor o un asesino. ¿Quién quiere ser para siempre un asesino?   

sábado, 1 de noviembre de 2014

De bicis y separadas


El inverno se nos echa encima como lo hacen a veces la separadas con los jóvenes inexpertos. El frío a menudo es motivo de desmotivación. Y, si eres un vulgar cicloturista igual que yo, más aún.

Hay dos tipos de ciclistas no profesionales: El primero es el que no come para andar más en bici. El segundo, el que sale en bici para poder comer más.  No sé en cual enmarcarme. Muchas veces cuido mi dieta para estar mejor a la hora de las salidas domingueras, sin embargo, después de cada kilometrada me como todo lo que encuentro sin vigilar qué.  Es momento de hacer base. De no pasarse con la pulsaciones, de hacer quilómetros, etc, etc, etc. Pero quién puede estarse quieto cuando los amigotes empiezan, como quien no quiere la cosa, a picarse en cualquier repecho tonto. Y acabas dándolo todo antes de llegar al bar ese donde siempre termina toda buena salida.


Las separadas son tan peligrosas como las carreteras en invierno. Si no tienes cuidado puedes acabar por los suelos, mal herido y acordándote que las bicicletas y los rollos son para el verano.     

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Bailar sin música



La poesía es lírica. Rima. Un vaivén de palabras entrelazadas unas con otras. Igual que etapas, o igual, que etapas entre cumbres de montaña. Y esas montañas, en bicicleta, se pueden subir de muy distintas formas: Sentado y con molinillo. Sentado y atrancado. De pie y con cadencia. De pie y forzado. Todas cansan, seguro. Todos los ciclistas suben de la forma en que creen que más rendimiento sacaran a su esfuerzo, todos, menos uno, que sube bailando.


Os dejo la última subida a la Farrapona. Prueba televisada de ello.   

lunes, 28 de julio de 2014

Crónica de un Tour descafeinado


No sé. Es una ilusión inexplicable,  casi nueva cada año, una forma distinta de esperar el verano de cómo lo hacen la mayoría de las personas. Esperar julio como se espera a un mujer en una relación acabada de estrenar y de odiarlo al terminar la carrera igual que se odia por desamor. Se acabaron los años del prologo. Se acabaron, también, la primera semana de los sprinters con caídas masivas. Se acabaron las contrarrelojes en los primeros días, por culpa de Indurain, para qué esconderlo. Y se acabaron también, este año, y por primera vez, los positivos a medio Tour.

Se puede recordar por los buenos momentos y se puede recordar por los malos. Este Tour, en mí opinión, pesaran más los malos. Para Nibali; los buenos. Siempre, unas semanas antes de empezar esta carrera comenzamos a oír trompetas de batalla. Retos de duelos al sol. Efervescencia encerrada en veinte etapas, que sin embargo, si es, como ha pasado este año, agitada con demasiada alteración, pierde fuelle y atractivo. Imposible culpar. Pero no es lo mismo para el espectáculo, (me disculpen los ciclistas) perder a los gregarios en caídas, que los lideres de equipo. La mejor contienda ha sido para el maillot de la Montaña, y eso, ya dice mucho de cómo ha transcurrido la Grand bucle. Antes de entrar en el pavé, en la quinta etapa, el principal favorito y ganador de la última edición Cris Froome, ya estaba fuera de carrera.  Antes de la primera llegada en Alto, en la décima etapa, el segundo de los favoritos y ganador de tres Tours Alberto Contador, estaba también fuera de ella. Para el tercero en discordia el camino hacía Paris ha sido una batalla contra rivales de inferior categoría. Imposible intentar hacer creer otra situación que no haya sido esta, hacernos creer que hubiera ganado igualmente el mismo si los dos favoritos no hubieran abandonado. Quizás sí, seguramente no. Y no quiero menospreciar a Niabali, digno ganador, el que ha llegado a la ciudad de la luz primero, pero sabemos, los que vimos el Critérum del Dauphine que al menos pelea, no hubiera faltado. Esta victoria deberá saborearla Nibali con la acidez de no tener rival pero no por ser el mejor. Y deberá digerirla igual que lo intento toda su vida Ocaña con la suya.


La soledad a veces, es estar acompañado por quién no deseas. Si el segundo y tercer cajón ayer, hubiera estado ocupado por otros ciclistas, seguramente esa soledad sería diferente. De hipótesis no se gana y Tours le quedan a Nibali para seguir confirmándose. El próximo año con más y mejor, esperemos. Pero para eso falta odiar al otoño primero,
y al invierno después, para empezar a enamorarnos de nuevo en primavera.          

martes, 15 de julio de 2014

Carta abierta a Alberto Contador

Esta es una carta para los niños. Esos niños que descubren el ciclismo ahora. Niños, que igual que yo en tiempos de Indurain, anhelan las tardes de Julio para poder descansar de la piscina o la playa, de las vacaciones o de tanto tiempo sin tener nada más que hacer que esperar que lleguen las tres (antes), ahora y por suerte doce y media, para ver frente el televisor su a ídolo en una etapa del Tour. El Tour, empezaba ayer. Y la verdad es que me sentía como un niño, ilusionado y esperanzado. Y el Tour, termino ayer. Pero no os desilusiones niños, vendrán más, y Alberto, seguro, estará para ganar.  

Lo que resta de Tour es un cuerpo sin vida. La emoción se reduce a las victorias de etapa. Se cayó Contador, y él era quién tenía que dinamitar la carrera con su vallentía de siempre. Sin embargo, con su abandono esta edición ha perdido la opción de la batalla para la general, si no es, que otra calamidad aparece. Los demás, igual que siempre se quejaba Ocaña, son unos segundones.  El mazazo más fuerte, es para él, sin duda. Después sus familiares y equipo. Pero como qué cada uno se queja de lo suyo, me permito gemir un poco diciendo, que se rompió su tibia como se rompió la ilusión de todos sus fans en los cuales me incluyo, y deseamos, al igual que intentó él, los 18 kilómetros en los que continuo, heroicamente, que no fuera tan grave. Pero lo fue. La realidad es así de dura y caprichosa, un instante, no más, es suficiente para acabar con el trabajo bien hecho de todo un año.

Debes reponerte Alberto. Sabiendo que eres el mejor. Comprendiendo que la desdicha se encuentra a menudo sin buscarla. Volviendo a comenzar una vez más, pero esta vez, con la seguridad de que con el trabajo hecho a conciencia, únicamente la desgracia, es capaz de pararte. Este Tour no lo has perdido, el infortunio no te lo ha permito ganar. Pero como bien sabes: Querer es poder.   

Esta carta es para los niños. Para que sepan que a veces, aún haciendo las cosas lo mejor posible no se consiguen los éxitos. Pero es el camino. Debemos vivir la vida aguantado sus golpes y comprendido que ganar, por mucho que Contador lo haga parecer fácil, es lo difícil, y que detrás de cada una de sus victorias, hay mucho trabajo.


Ánimos Alberto y ánimos a Jesús, que sufrió la misma suerte unos días antes.