La vida puede ser
como el ciclismo o el ciclismo como la vida. Según se mire. Hay ascensos,
descensos, repechos, llanuras infinitas, buenas o malas sensaciones, días
mejores y días peores. Hay un comienzo y un final. Pero lo que sí es seguro,
es, que se debe remar en cada metro, en cada pedalada para seguir avanzando, hay
que sufrir y gozar. Con el viento en contra o a favor.
Llevo mucho
tiempo dubitativo, no sé si culpar a Dios o a los genes por mi desafortunado físico
para este deporte, del que soy un apasionado. Tampoco soy muy sufrido, debo
reconocerlo. Confieso, que no creo en el altísimo y me da lástima culpar a mis
padres de mis pocas virtudes. Seguramente estas sean las razones por las cuales
no haya pasado nunca de aficionado cicloturisa y seguidor devoto. Hasta hoy me basta con eso. Sin embargo, poco
a poco, una idea cogía consistencia cada vez que publicaba un post en mi otro
blog ¿Por qué no un espacio para escribir únicamente de ciclismo? De todo lo
que rodea este maravilloso deporte épico, del paseo con familia al dar la
última vuelta en París. De la carretera y de la montaña. De un buen ataque y de
una mala pájara o de un mal ataque y una buena pájara. De todo un poco, desde
la humildad de un aficionado, no más. Un espacio para opiniones, debates, sensaciones.
Un pequeño templo para mí y todos lo que queráis entrar. Prometo intentar publicar
con toda la asiduidad que me sea posible. A veces, post, otras videos, otras
rutas, fotos, recomendaciones, y qué sé yo, todo lo que se me vaya ocurriendo.
Bienvenidos todos a este blog de “Ciclismo y otros descensos”. Porqué creo, sin duda, que
el ciclismo es vida. Aunque a veces, también y por desgracia y demasiado a
menudo, muerte. Pero de eso, de los riesgos de la carretera ya hablaré en otra
ocasión. No puedo cerrar esté primer post sin la recomendación del libro que
estoy leyendo: “Ocaña” del periodista y escritor Carlos Arribas, publicado por
Cultura Ciclista. Un placer para el lector. Nada que ver con este blog. Os dejo
aquí el enlace de la página web: http://www.cultura-ciclista.com/
El inverno es
frío y rancio.
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