martes, 25 de febrero de 2014

Jadeo

Empieza la temporada igual que termina el invierno. Ni los días son tan largos ni las piernas están aún demasiado curtidas. Destellos, chispas de clase, de explosión o de fortaleza. Esas son las expectativas para estas primeras carreras. Y alguna promesa, a veces sin justificar ni acabar de fructificar, otras, inesperadas y capaces de entusiasmar a todo un sequito de aficionados siempre a punto para volver a ilusionarse.

Espero con ansioso anhelo poder gozar de un par o tres de etapas de la Volta a Catalunya, que este año, sin duda, trae uno de los carteles, tanto a nivel de recorrido como de participación, mejor. Aquí, en mí tierra, se citan entre otros y sin saber si están al 70 / 80 o 90 %: Horner, Wiggins, Basso, Froome, Uran, Purito, Samu, Van Garderen, o Contador. Si estuviéramos hablando de western los apaches ya estarían acojonados, como casi siempre.


Mientras tanto, los mortales, seguimos haciendo salidas cada vez más largas. Alguna incluso con tímidos ataques, que no pasan de ser pequeños cambios de ritmo, gracias haber hecho algún kilómetro más que el otro. Aunque en público, casi nadie entrena. Sin embargo, te cruzas a diario con un montón de cicloturistas que como los caracoles con la lluvia, nosotros, con el sol, nos da por salir. Mentiras para resoplar menos. Únicamente nos gusta jadear en la intimidad.


Las marchas cicloturistas son una excusa para entrenar más; nunca a la inversa.       

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