sábado, 17 de mayo de 2014

Lo amargo del asfalto.





Lo primero que se aprende al montar en bicicleta es que te caes. Después, mucho después, vienen otros aprendizajes. La cuestión es casi tan vieja como las carreras: ¿Se debe esperar?

Un profesional, una persona que vive del ciclismo, no va a correr el Giro para esperar a todos los que se caigan. Ya sean 1 o 60. Va para ganarlo. Cuando un boxeador cae a la lona, el árbitro detiene la pelea y empieza la cuenta, cuenta hasta diez, si no consigue levantarse queda fuera de combate o lo que es lo mismo, pierde. En el ciclismo, esta regla no existe, si uno se cae, pincha, se para a besar a su mujer o le atrapa en mal sitio un abanico, no se para la carrera. No hay cuenta que detener, el tiempo sigue corriendo y tu eliges, si debes dejarlo escapar o no. A sabiendas, que gana quién tarde menos en hacer el mismo recorrido. Las normas son las que son.

Uno no va al Giro a demostrar lo buena persona que es, ni lo caballeroso. Un profesional va para ganarlo. Esperar, yo creo que mientras sean incidentes de carrera no se debe esperar.  Si llueve hay peligro de caídas, si no quieres caer aminora la velocidad. Pero resulta que por esa causa no hace falta esperar. ¡Qué sinrazón!


Lo primero que se aprende al caerse, es que debes volver a levantarte para poder continuar.   

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