Subasta de maillots de los mejores del pelotón por una causa
benéfica!
viernes, 5 de diciembre de 2014
sábado, 22 de noviembre de 2014
sábado, 1 de noviembre de 2014
De bicis y separadas
El inverno se nos
echa encima como lo hacen a veces la separadas con los jóvenes inexpertos. El frío
a menudo es motivo de desmotivación. Y, si eres un vulgar cicloturista igual
que yo, más aún.
Hay dos tipos de
ciclistas no profesionales: El primero es el que no come para andar más en
bici. El segundo, el que sale en bici para poder comer más. No sé en cual enmarcarme. Muchas veces cuido
mi dieta para estar mejor a la hora de las salidas domingueras, sin embargo, después
de cada kilometrada me como todo lo que encuentro sin vigilar qué. Es momento de hacer base. De no pasarse con la
pulsaciones, de hacer quilómetros, etc, etc, etc. Pero quién puede estarse
quieto cuando los amigotes empiezan, como quien no quiere la cosa, a picarse en
cualquier repecho tonto. Y acabas dándolo todo antes de llegar al bar ese donde
siempre termina toda buena salida.
Las separadas son
tan peligrosas como las carreteras en invierno. Si no tienes cuidado puedes
acabar por los suelos, mal herido y acordándote que las bicicletas y los rollos son
para el verano.
miércoles, 10 de septiembre de 2014
Bailar sin música
La poesía es lírica. Rima. Un vaivén de palabras
entrelazadas unas con otras. Igual que etapas, o igual, que etapas entre
cumbres de montaña. Y esas montañas, en bicicleta, se pueden subir de muy
distintas formas: Sentado y con molinillo. Sentado y atrancado. De pie y con
cadencia. De pie y forzado. Todas cansan, seguro. Todos los ciclistas suben de
la forma en que creen que más rendimiento sacaran a su esfuerzo, todos, menos
uno, que sube bailando.
Os dejo la última subida a la Farrapona. Prueba
televisada de ello.
lunes, 28 de julio de 2014
Crónica de un Tour descafeinado
No sé. Es una ilusión inexplicable, casi nueva cada año, una forma distinta de
esperar el verano de cómo lo hacen la mayoría de las personas. Esperar julio
como se espera a un mujer en una relación acabada de estrenar y de odiarlo al terminar la
carrera igual que se odia por desamor. Se acabaron los años del prologo. Se acabaron,
también, la primera semana de los sprinters con caídas masivas. Se acabaron las
contrarrelojes en los primeros días, por culpa de Indurain, para qué esconderlo.
Y se acabaron también, este año, y por primera vez, los positivos a medio Tour.
Se puede recordar por los buenos momentos y se puede
recordar por los malos. Este Tour, en mí opinión, pesaran más los malos. Para
Nibali; los buenos. Siempre, unas semanas antes de empezar esta carrera
comenzamos a oír trompetas de batalla. Retos de duelos al sol. Efervescencia encerrada
en veinte etapas, que sin embargo, si es, como ha pasado este año, agitada con
demasiada alteración, pierde fuelle y atractivo. Imposible culpar. Pero no es
lo mismo para el espectáculo, (me disculpen los ciclistas) perder a los
gregarios en caídas, que los lideres de equipo. La mejor contienda ha sido para
el maillot de la Montaña ,
y eso, ya dice mucho de cómo ha transcurrido la Grand bucle. Antes de entrar
en el pavé, en la quinta etapa, el principal favorito y ganador de la última
edición Cris Froome, ya estaba fuera de carrera. Antes de la primera llegada en Alto, en la décima
etapa, el segundo de los favoritos y ganador de tres Tours Alberto Contador,
estaba también fuera de ella. Para el tercero en discordia el camino hacía
Paris ha sido una batalla contra rivales de inferior categoría. Imposible intentar
hacer creer otra situación que no haya sido esta, hacernos creer que hubiera
ganado igualmente el mismo si los dos favoritos no hubieran abandonado. Quizás
sí, seguramente no. Y no quiero menospreciar a Niabali, digno ganador, el que
ha llegado a la ciudad de la luz primero, pero sabemos, los que vimos el Critérum
del Dauphine que al menos pelea, no hubiera faltado. Esta victoria deberá
saborearla Nibali con la acidez de no tener rival pero no por ser el mejor. Y deberá
digerirla igual que lo intento toda su vida Ocaña con la suya.
La soledad a veces, es estar acompañado por quién no deseas.
Si el segundo y tercer cajón ayer, hubiera estado ocupado por otros ciclistas,
seguramente esa soledad sería diferente. De hipótesis no se gana y Tours le
quedan a Nibali para seguir confirmándose. El próximo año con más y mejor,
esperemos. Pero para eso falta odiar al otoño primero,
y al invierno después,
para empezar a enamorarnos de nuevo en primavera.
martes, 15 de julio de 2014
Carta abierta a Alberto Contador
Esta es una carta para los niños. Esos niños que descubren
el ciclismo ahora. Niños, que igual que yo en tiempos de Indurain, anhelan las
tardes de Julio para poder descansar de la piscina o la playa, de las vacaciones
o de tanto tiempo sin tener nada más que hacer que esperar que lleguen las tres
(antes), ahora y por suerte doce y media, para ver frente el televisor su a ídolo
en una etapa del Tour. El Tour, empezaba ayer. Y la verdad es que me sentía
como un niño, ilusionado y esperanzado. Y el Tour, termino ayer. Pero no os desilusiones
niños, vendrán más, y Alberto, seguro, estará para ganar.
Lo que resta de Tour es un cuerpo sin vida. La emoción se
reduce a las victorias de etapa. Se cayó Contador, y él era quién tenía que
dinamitar la carrera con su vallentía de siempre. Sin embargo, con su abandono esta edición ha perdido la opción de la
batalla para la general, si no es, que otra calamidad aparece. Los demás, igual
que siempre se quejaba Ocaña, son unos segundones. El mazazo más fuerte, es para él, sin duda. Después
sus familiares y equipo. Pero como qué cada uno se queja de lo suyo, me permito
gemir un poco diciendo, que se rompió su tibia como se rompió la ilusión de
todos sus fans en los cuales me incluyo, y deseamos, al igual que intentó él,
los 18 kilómetros
en los que continuo, heroicamente, que no fuera tan grave. Pero lo fue. La realidad
es así de dura y caprichosa, un instante, no más, es suficiente para acabar con
el trabajo bien hecho de todo un año.
Debes reponerte Alberto. Sabiendo que eres el mejor. Comprendiendo
que la desdicha se encuentra a menudo sin buscarla. Volviendo a comenzar una
vez más, pero esta vez, con la seguridad de que con el trabajo hecho a
conciencia, únicamente la desgracia, es capaz de pararte. Este Tour no lo has
perdido, el infortunio no te lo ha permito ganar. Pero como bien sabes: Querer
es poder.
Esta carta es para los niños. Para que sepan que a veces,
aún haciendo las cosas lo mejor posible no se consiguen los éxitos. Pero es el
camino. Debemos vivir la vida aguantado sus golpes y comprendido que ganar, por
mucho que Contador lo haga parecer fácil, es lo difícil, y que detrás de
cada una de sus victorias, hay mucho trabajo.
Ánimos Alberto y ánimos a Jesús, que sufrió la misma suerte
unos días antes.
viernes, 27 de junio de 2014
Veranear
Me voy a veranear hasta que llegue el Tour.
La suerte es como el Tour de Francia... lo esperas todo el año y luego pasa rápido. Por eso, las oportunidades hay que aprovecharlas deprisa (Amélie, 2001)
La suerte es como el Tour de Francia... lo esperas todo el año y luego pasa rápido. Por eso, las oportunidades hay que aprovecharlas deprisa (Amélie, 2001)
martes, 17 de junio de 2014
Un ápice de épica
Se dice, que el ciclismo moderno ha perdido la épica. Al
leer libros y crónicas añejas, o escuchar hazañas pasadas, parece, que el sabor rancio, la falta de
modernidad, de esas tecnologías que contabilizan los gramos de fuerza en
vatios, de la hostilidad de los tiempos, del blanco y negro, del mal asfalto o
la falta del mismo, es más glorioso, más legendario, más heroico el maillot de
punto que las fibras modernas. No lo
creo.
La dureza no se mide igual en épocas distintas. El ciclismo,
como todo, ha cambiado, se ha modernizado, sin embargo, eso no significa que se
haya ablandado. Ni si quiera, se ha moderado. Ni él, ni los corredores. Si no,
miren algunas etapas de este Giro 2.014. La vida, desde principios del siglo pasado hasta ahora, para una mayoría, por muy dura que sea la crisis que no habita, se ha hecho
menos cruda y como la vida, el ciclismo también. Las carreteras son mejores, la
preparación, la bicicletas infinitamente, los ropajes, las zapatillas,
la alimentación, las organizaciones, los controles, los equipos, los hoteles,
los autocares, y por encima, las tecnologías. En fin, todo. Todo menos los
humanos: los mecánicos, los directores, la afición… y los corredores.
Cuando empezó la retransmisión de la octava etapa de esta
Dauphine, el caos ya se había apoderado del pelotón. Un grupo de más de veinte
escapados a tres minutos, entre ellos un corredor, Talansky, que estaba a 39
segundos del líder, Contador. Contador, que vuelve a ser Contador. Él, estaba solo,
sin equipo, ante unos Garmin dinamiteros, unos Sky muy fuertes, como lo demuestra
al final la victoria de un gran Nieve y un montón de ataques de Astaná, Belkin,
o cualquier otro. Una lluvia fina para terminar de decorar esos paisajes apocalípticos
y la certeza de contar únicamente con sus fuerzas para acabar la etapa de
amarillo y conseguir el triunfo final. Fue entonces, a falta de unos veinte y
pocos kilómetros, cuando Contador, con un ataque osado a Froome, demostró como ya hecho anteriormente, que le
épica en el ciclismo no murió con el televisor en color, ni con los años negros
de Armstrong, ni con Mc Quaid, ni con la crisis global, ni por las ganas de
muchos. No logró mantener el maillot amarillo. En su huida, huida que ha repetido este año varias veces y huida como quién huye de algo, adelantó a tantos despojos de la
fuga, que parecía que hubiera salido último, a casi todos, hasta que las fuerzas empezaron a menguar. Ninguno podía seguir más de 20 metros cuesta arriba
sur ritmo. Talansky, no desfalleció. Froome, se quedó tan atrás, tan lejos y tan abatido con la cabeza entre los hombros, que ni su imperial equipo, con un
gregario tras otro, menos Nieve, tuvieron fuerzas suficiente para mantenerlo
siquiera en el TOP 10,¿Quién sabe que habrá colgado su estimada pareja en Twitter
para explicárselo? Alberto, perdió el liderato por 27 segundos, sin embargo, nos
regalo un espectáculo esplendido y se llenó el depósito de moral hasta el
borde. Aunque eso, no gane el Tour.
La narración de esa crónica, hecha por un profesional, no
debe perder respecto a aquellas antiguas hazañas, un ápice de épica.
miércoles, 28 de mayo de 2014
El archienemigo
El gris del cielo augura tormenta. Y sin embargo, me parece
un plan perfecto para pasar la tarde de un martes cualquiera enfrente al
televisor. Etapa reina del Giro y su cielo, es más amenazador que el mío. Las
heroicidades se consiguen con todo en contra.
La primera ascensión, el calentamiento, es el Gavia a ritmo
de unos MoviStar intratables. El frío parece algo exterior a todos esos cuerpos
esqueléticos que suben resoplando bajo un lluvia fina que cala hondo. Arriba,
les espera la nieve para posarse en sus chubasqueros igual que se posa en la
montaña. El descenso es únicamente para intrépidos, para personas a las que
quizás, y bien lo saben, a parte de la vida, se jueguen un futuro mejor por
brillar en esas cumbres legendarias dónde otros valientes, algunos incluso ídolos,
ya lo hicieron. Sin tregua, se sube el Stelvio a ritmo aniquilador para un pelotón
ya muy mermado. Cada vez con menos unidades. Al coronar, la nieve y la confusión.
Confusión por creer que el descenso
estaba neutralizado sin ser así. Y unos kilómetros más abajo saliendo de la
niebla como de la confusión un pequeño y moreno Nairo, que cambiándose las
gafas de agua por unos de un cristal más oscuro se le pode observar en su mirada la
obstinación para la hazaña. Acompañado por unos actores secundarios que se caeran
poco a poco igual que la fruta madura en el transcurso de los kilómetros finales
hasta a meta, el último Hesjedal. Tirado por su compañero Izaguirre que hasta
dónde llega lo da todo, como siempre hacen los fieles escuderos. Después,
Rolland y Hesjedal, se niegan una y otra vez a darle un relevo al pequeño colombiano
que parece alado hacía su destino; un sueño Rosa.
Las epopeyas son el conjunto de hazañas y hechos memorables que
hace una persona. Nairo, con 24 años y habiendo aprendido a montar en bici a
los 15, va a un ritmo para entrar en la épica del ciclismo, pero sin duda, para
conseguirlo, necesita un archienemigo a su altura.
sábado, 17 de mayo de 2014
Lo amargo del asfalto.
Un profesional, una persona que vive del ciclismo, no va a
correr el Giro para esperar a todos los que se caigan. Ya sean 1 o 60. Va para
ganarlo. Cuando un boxeador cae a la lona, el árbitro detiene la pelea y empieza
la cuenta, cuenta hasta diez, si no consigue levantarse queda fuera de combate
o lo que es lo mismo, pierde. En el ciclismo, esta regla no existe, si uno se
cae, pincha, se para a besar a su mujer o le atrapa en mal sitio un abanico, no
se para la carrera. No hay cuenta que detener, el tiempo sigue corriendo y tu
eliges, si debes dejarlo escapar o no. A sabiendas, que gana quién tarde menos en hacer el mismo recorrido. Las normas son las que son.
Uno no va al Giro a demostrar lo buena persona que es, ni lo
caballeroso. Un profesional va para ganarlo. Esperar, yo creo que mientras sean
incidentes de carrera no se debe esperar. Si llueve hay peligro de caídas, si no quieres
caer aminora la velocidad. Pero resulta que por esa causa no hace falta
esperar. ¡Qué sinrazón!
Lo primero que se aprende al caerse, es que debes volver a
levantarte para poder continuar.
martes, 8 de abril de 2014
Resurrección
Buscamos ídolos. ¿Por qué? Lo desconozco. Supongo, que cada
uno por una razón distinta y todos por lo mismo. Parecemos los mosqueteros. Sin
embargo, nos cuesta más adorar a algo cercano y cuando más divino parece un poco más fácil nos es ¿Por qué? Lo desconozco otra vez. Pero un hachazo terrenal hace que la masa, a menudo, venere más o
empiece a odiar.
Después de una travesía por el desierto, Alberto Contador,
ha vuelto. Eso, sin haberse ido nunca. Aunque sí, que se ha reencontrado seguramente, a él mismo. Ese que el año pasado busco, una y otra vez, en lo más
profundo de sus vísceras, en rincones inhóspitos de su corazón, de su empeño,
en el cansancio y la desesperación. Ese, que sin saber muy bien el por qué había
perdido su punch, se había ablandado y demasiados se lo reprochaban. Pues luchar
para perder, nunca ha sido lo mismo que hacerlo para ganar. La fama sabe mejor
cuando es por ganador. Por otra parte, las resurrecciones, siempre, han sido algo muy
celestial, muy heroico, muy de pasión. Y así, a resurgido; Vuelve
a sacudir el árbol, haciendo caer la fruta madura por su propio peso. Vuelve a
vencer y a convencer. Vuelve a dispara balas certeras. Tiros de gracia. Vuelve a
hacer que los feligreses esperen en la puerta de su autobús, para que en los
pocos segundos, atento él, en los que sale a agradecer, le puedan venerar. Aunque
solo, es principio de temporada.
Buscamos ídolos. Seguramente, para poder celebrar lo que sin
ellos y por nosotros mismos nunca podríamos hacer. Victorias épicas, historias
creadas únicamente para unos pocos elegidos. Ocurrencias de genios. Ataques repentinos
en lugares inesperados y ataques previstos pero tan certeros que asombran. Alberto, es ídolo de muchos, entre ellos yo, y
sé la razones. Razones que demuestra en cada carrera y después de ellas.
Que siga la fiesta.
martes, 1 de abril de 2014
sábado, 15 de marzo de 2014
Olor
Huele a duelo. A un cara a cara, a dos, tres o cuatro bandas.
A dolor de piernas aún no bronceadas por el sol, por el calor ni por los kilómetros. A sudores fríos.
Las etapas exigentes cada vez se hacen más deprisa y eso es síntoma de un
punto de forma más óptimo. Se perfilan los cuerpos, limando eso quilos
invernales. El sur es un buen lugar para empezar todo. El norte y su infierno,
espera para días y carreteras polvorientas, eternas, duras y exterminadoras. Después, será
et tiempo de las tres semanas.
Mientras tanto, en lo terrenal, huele a marchas
cicloturistas. A asumir entrenamientos para no quedar atrás los fines de
semana. A buscar tiempo de lunes a viernes, para escaparse a hacer kilómetros que
las piernas agradecerán en días que la mecha se encienda, sin saber por qué;
quizás por buenas sensaciones de algún compañero o deseos de revancha de
temporadas pasadas. Sin embargo, es necesario llegar dignamente a casa, aunque la
paliza sea considerable. Pues la vida continua y las obligaciones también.
Comeré entre la Paris-Niza y la Tirreno-Adriático.
Disfrutando del sacrificio de los ciclistas. Pan y circo. ¿Qué
más se puede pedir?
sábado, 1 de marzo de 2014
martes, 25 de febrero de 2014
Jadeo
Empieza la temporada igual que termina el invierno. Ni los días
son tan largos ni las piernas están aún demasiado curtidas. Destellos, chispas
de clase, de explosión o de fortaleza. Esas son las expectativas para estas
primeras carreras. Y alguna promesa, a veces sin justificar ni acabar de
fructificar, otras, inesperadas y capaces de entusiasmar a todo un sequito de
aficionados siempre a punto para volver a ilusionarse.
Espero con ansioso anhelo poder gozar de un par o tres de
etapas de la Volta
a Catalunya, que este año, sin duda, trae uno de los carteles, tanto a nivel de
recorrido como de participación, mejor. Aquí, en mí tierra, se citan entre
otros y sin saber si están al 70 / 80 o 90 %: Horner, Wiggins, Basso, Froome,
Uran, Purito, Samu, Van Garderen, o Contador. Si estuviéramos hablando
de western los apaches ya estarían acojonados, como casi siempre.
Mientras tanto, los mortales, seguimos haciendo salidas cada
vez más largas. Alguna incluso con tímidos ataques, que no pasan de ser
pequeños cambios de ritmo, gracias haber hecho algún kilómetro más que el otro.
Aunque en público, casi nadie entrena. Sin embargo, te cruzas a diario con un
montón de cicloturistas que como los caracoles con la lluvia, nosotros, con el
sol, nos da por salir. Mentiras para resoplar menos. Únicamente nos gusta jadear en la intimidad.
Las marchas cicloturistas son una excusa para entrenar más; nunca a la inversa.
viernes, 7 de febrero de 2014
Ocaña.
Debo culpar al periodista Carlos Arribas de mí
admiración incondicional ya, por Luis Ocaña. Después de leer su libro y releer
buena parte de él, todo lo que escucho o veo relacionado a este corredor me
levanta un interés insaciable. Aquí os dejo el último programa de Informe
Robinson, un documental sobre el que llaman ellos el Héroe Trágico, no muy
lejos de la realidad. Pero es que sin duda, los genios, tienen eso,
genialidades e inmensos vacíos a menudo demasiado oscuros.
http://www.canalplus.es/informe-robinson/videos
Espero que les guste. Les recomiendo el libro prometiendo que no tengo comisión con su venta.
Los días, al igual que las salidas, empiezan a largarse.
http://www.canalplus.es/informe-robinson/videos
Espero que les guste. Les recomiendo el libro prometiendo que no tengo comisión con su venta.
Los días, al igual que las salidas, empiezan a largarse.
martes, 28 de enero de 2014
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